El espejo de la violencia: Sobre la percepción del otro y los mecanismos de deshumanización en la desaparición forzada en Colombia

Resumen

El presente artículo analiza la metáfora del "espejo de dos caras" que propone María Victoria Uribe (2023) para comprender lo que sucede con las víctimas de la desaparición forzada en Colombia. Esta figura simboliza el aislamiento y la vulnerabilidad de las víctimas, y la deshumanización que subyacen a esta forma de violencia. Al respecto, se plantea que esta forma de violencia genera una especie de espectralización de la existencia, espectralización marcada por una desvinculación radical del mundo que pone en cuestión presupuestos fundamentales, metafísicos, de la experiencia. El texto identifica tres niveles de aislamiento que facilitan esta deshumanización: entre la víctima y su entorno, entre la víctima y el victimario, y entre comunidades y la sociedad. Estas formas de aislamiento contribuyen a naturalizar la violencia y a mantener una ilusión de poder absoluto por parte del perpetrador. Sin embargo, según se muestra en la conclusión, desde la perspectiva de Merleau-Ponty es posible asumir una lectura distinta de la figura del espejo, según la cual el aislamiento o la desvinculación que se da en estas prácticas nunca es total, y en la comunidad de lo sensible hay lugar para la resistencia. Un ejemplo de ello es el ritual de adopción de cadáveres no identificados en Puerto Berrío, que restaura los lazos humanos y desafía la deshumanización. Este acto destaca la capacidad de reciprocidad y afectación mutua inherente a lo viviente, y la capacidad de resistencia política a partir de la reconstrucción simbólica de la relación con los muertos desconocidos.