Durante la década del 90 y los primeros años del 2000, los habitantes de Usme, una localidad del sur de Bogotá, fueron testigos del trabajo político y de los actos bélicos orquestados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El trabajo de reportería da cuenta de una estrategia basada en propaganda, reclutamiento de jóvenes, masacres, asesinatos y secuestros, entre otras acciones que eran consecuencia de decisiones tomadas en la Séptima Conferencia de la organización guerrillera, en la que se habían propuesto desplegar nuevos frentes a zonas urbanas en busca de la toma del poder.