Resumen
El trabajo infantil es una realidad antigua y compleja presente en todo el mundo, aunque los indicadores latinoamericanos muestran que la región puede convertirse en la primera en lograr su erradicación. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) reconoce como niño a toda persona menor de 18 años, pero en muchos países la ley permite a los niños trabajar antes de esa edad; en Colombia es legal trabajar desde los 15 años, según el Código de la Infancia y la Adolescencia. La investigación busca conocer los determinantes regionales y locales del trabajo infantil para identificar soluciones al problema, para lo cual se realizó una revisión de la literatura con documentos publicados a partir del 2017. Las investigaciones muestran una clara asociación entre el trabajo infantil, la pobreza y las condiciones socioeconómicas del núcleo familiar, pero existen otros factores que promueven el trabajo infantil, como las tradiciones de las comunidades y las creencias de los padres, que suelen reforzar el valor del trabajo en la crianza y subestimar el valor de la educación. El trabajo afecta la salud física y mental de los niños, en quienes se encuentran ampliamente documentados los abusos emocionales, físicos y sexuales que sufren tanto en trabajos considerados peligrosos como en el trabajo doméstico. Erradicar el trabajo infantil requiere un abordaje integral y multidisciplinario que mejore el entorno social, familiar y económico de los niños, mediante políticas púbicas dirigidas a mejorar su acceso a la educación, la situación socioeconómica familiar y las condiciones de trabajo de los adultos.
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