Artículos de investigación científica y tecnológica

EL PENSAMIENTO Y EL DESTINO EDUCACIÓN Y VIRTUALIDAD. HACIA UNA NUEVA ILUSTRACIÓN

THOUGHT AND DESTINY EDUCATION AND VIRTUALITY. TOWARDS A NEW ILLUSTRATION

PENSAMENTO E DESTINO EDUCAÇÃO E VIRTUALIDADE. RUMO A UMA NOVA ILUSTRAÇÃO

Javier Vela
Universidad de Nariño,, Colombia

EL PENSAMIENTO Y EL DESTINO EDUCACIÓN Y VIRTUALIDAD. HACIA UNA NUEVA ILUSTRACIÓN

PANORAMA, vol. 16, núm. 30, 2022

Politécnico Grancolombiano

Politécnico Grancolombiano

Recepción: 26 Octubre 2021

Aprobación: 14 Diciembre 2021

Resumen: La educación ha sido y será conflictiva. Desde los tiempos memorables del profesor Sócrates han hecho de ella lo que es ahora: una contienda antagónica cargada de dificultades, porque no ha existido un acercamiento al sentido del ser. Si ha fracasado en los últimos tres siglos es por desconocer que el Otro tiene su propia manera de operar en las prácticas del pensamiento y por someter a los estudiantes a la opresión. El modelo cualitativo nos permite mediante un análisis documental construir una base de datos bibliográfica para escarbar sus sentidos. Estos datos documentales se configuran como un cogito que piensa y se manifiesta en la vida real. El pensamiento tradicional considera que el que enseña tiene la razón y el otro carece de conocimientos. Entonces la educación se trata de llenar conocimientos de toda la historia humana, sin que el Otro piense por cuenta propia. Se cree que esta acción le va a servir al sujeto para vivir la vida en este mundo complicado. La educación entonces, es un caso perdido. La contribución es generar un conocimiento propio del Otro con base en la esencia del Ser. La educación sin esta posibilidad es un dilema sin salida, con una inmensidad catastrófica en tiempos de pandemia, donde la virtualidad, lo digital, acorrala aún más al ente cognoscente sometido a un hábitat aterrador. La pandemia se convirtió en una oportunidad para transformar la escuela en postpandemia hacia una Nueva Ilustración, que consiste en la posibilidad de pensar por cuenta propia.

Palabras clave: educación, lógica, voluntad de realización, internet, pandemia, futuro.

Abstract: Education has been and will be conflictive. Since the memorable times of Professor Socrates, it has become what it is now: an antagonistic struggle fraught with difficulties, because there has been no approach to the meaning of being. If it has failed in the last three centuries, it is for not knowing that the Other has its own way of operating in the practices of thought and for subjecting students to oppression. The qualitative model allows us, through a documentary analysis, to build a bibliographic database to explore its meanings. These documentary data are configured as a cogito that thinks and manifests itself in real life. Traditional thinking considers that the one who teaches is right and the other lacks knowledge. So education is about filling knowledge of all human history, without the Other thinking on his own. It is believed that this action will help the subject to live life in this complicated world. Education, then, is a hopeless case. The contribution is to generate one's own knowledge of the Other based on the essence of Being. Education without this possibility is a dilemma with no way out, with a catastrophic immensity in times of pandemic, where virtuality, the digital, corners even more the cognizing entity submitted to a terrifying habitat. The pandemic became an opportunity to transform the school in post-pandemic towards a New Enlightenment, which consists in the possibility of thinking on one's own.

Keywords: education, logic, will of realization, internet, pandemic, future.

Resumo: A educação tem sido e continuará a ser conflituosa. Desde os tempos memoráveis do Professor Sócrates que tem sido o que é agora: um concurso antagónico cheio de dificuldades, porque não tem havido uma abordagem do significado de ser. Se falhou nos últimos três séculos, é porque não reconheceu que o Outro tem a sua própria forma de operar nas práticas do pensamento e porque sujeitou os estudantes à opressão. O modelo qualitativo permite-nos, através da análise documental, construir uma base de dados bibliográficos para explorar os seus significados. Estes dados documentais são configurados como um cogito que pensa e se manifesta na vida real. O pensamento tradicional considera que aquele que ensina está certo e o outro carece de conhecimentos. Assim, a educação consiste em preencher conhecimentos de toda a história humana, sem o Outro pensar por si só. Acredita-se que esta acção irá ajudar o sujeito a viver a vida neste mundo complicado. A educação, portanto, é um caso perdido. A contribuição é gerar o próprio conhecimento do Outro com base na essência do Ser. A educação sem esta possibilidade é um dilema sem saída, com uma imensidão catastrófica em tempos de pandemia, onde a virtualidade, o digital, encurrala ainda mais a entidade cognizante sujeita a um habitat aterrador. A pandemia tornou-se uma oportunidade para transformar a escola numa pós-pandemia rumo a um Novo Iluminismo, que consiste na possibilidade de se pensar por si próprio.

Palavras-chave: educação, lógica, vontade de realizar, Internet, pandemia, futuro.

INTRODUCCIÓN

La educación ha sido siempre problemática. La tradición ha hecho que la ausencia total de renovación y reforma enclaustren la labor del aprendizaje en una nimiedad de contenidos que no sirven para afrontar la vida real de la existencia cotidiana de los estudiantes que pertenecen al sistema educativo. Se han adoptado diferentes modelos a medida que lo necesitaba la educación en la historia, pero no fue suficiente por no contar con las políticas públicas pertinentes y la calidad humana que requería la vida misma. Cada pedagogo aplicaba metodologías con nuevas habilidades y destrezas. Desde las propuestas pedagógicas se creía que podían arrojar resultados efectivos en los procesos educativos, pero no siempre fue así: la educación seguía defectuosa y problemática. Desde los tiempos de Sócrates hasta Vygotsky, pasando por Kant, Niell y Freire, la educación sigue en un estado deplorable. Debemos preguntarnos: ¿Por qué esta inoperancia si han existido buenas propuestas pedagógicas?

“El mal maestro es aquel que ha olvidado su infancia y que por lo tanto está totalmente fuera de contacto con los niños”.(Neill, 1960, p. 12).

(Neill, 1960, p. 12)

Retomar las propuestas de los mejores pedagogos es una opción conveniente y eficaz, porque la educación es la ruta para crear mejores condiciones de vida humana. La educación es un acto de transformación libre y humana, pero los resultados son dudosos por la alta corrupción social. La Escuela en su práctica cotidiana venía afrontando problemas de adaptabilidad, de pronto, sorpresivamente se vio atrapada por la pandemia y se consumió en su miseria de total ineficacia, por pasar de una presencialidad a una virtualidad sin estar preparados para ello.

“Más de uno, como yo sin duda, escriben para perder el rostro. No me pregunten quién soy, ni me pidan que permanezca invariable: es una moral de estado civil la que rige nuestra documentación. Que nos deje en paz cuando se trata de escribir” (FOUCAULT, 2010, p.23).

(FOUCAULT, 2010, p.23).

Los Estados acudieron a la virtualidad, y los agentes tutores se vieron impedidos mentalmente de afrontar una educación de manera digital, implícita de nube virtual. La sociedad total entró en crisis y la vida humana en general se vio altamente afectada desde todos los ángulos posibles. El mundo se convirtió en una cárcel global; se decretó en más de 200 países el confinamiento obligatorio. La clausura y el encierro generó todos los males posibles que una sociedad puede aguantar, claro está, para evitar el contagio del virus, porque la muerte se puso de moda en el mundo y el número de fallecidos fue altamente preocupante.

La educación remota se implantó llena de todas sus incompetencias y fue un año escolar atípico, fuera de lo normal donde no se sabe aún, a partir de serias investigaciones, si los estudiantes aprendieron nuevos conocimientos o no. Se considera que poco y nada, es la respuesta más acertada posible, durante la pandemia y el confinamiento obligatorio, fue un tiempo de ensayo, de sondeo, de prueba, hasta que se presenten nuevas propuestas para una verdadera educación en línea, porque todo lo sucedido en este espacio fue improvisado.

Un año después se piensa en volver a la presencialidad en materia educativa. El fenómeno mundial de la pandemia es un tiempo prudencial, con inevitables secuelas, y será remediado científicamente en términos médicos. El contagio del virus y la experiencia dejada será el referente para repensar la educación, la salud y la vida en una sociedad capitalista. La educación en postpandemia se configurará como una composición estratégica donde se integrarán la presencialidad y la virtualidad, bajo el diálogo productivo y la posibilidad de pensar por cuenta propia.

Llegada la pandemia, la educación entro en el proceso inicial de su decadencia, ahora escuela y hogar son la misma cosa. “…más de 861.7 millones de niños y jóvenes en 119 países se han visto afectados al tener que hacer frente a la pandemia global que nos ha sacudido este año” (Villafuerte, 2020, p. 12). Nadie estaba realmente preparado para el ejercicio pedagógico en línea. El Estado no pudo asumir esta desgracia social desde lo económico, mucho menos desde la reestructuración general del modelo educativo. “… sólo alrededor del 60 % de la población mundial tiene acceso a la red” (p. 13). Con estos datos la educación de emergencia remota fue un caos, y actualmente lo es, porque los Estados no han implementado con estrategia el acceso a la red para todos y no ha cubierto las demandas educativas urgentes y necesarias.

La pedagogía como práctica social y política está empobrecida y desgraciadamente el sector educativo invadido por la politización. La población docente actual ha perdido vigencia por no pensar por cuenta propia y enseñar a pensar por cuenta propia y se ha retardado en los procesos del relevo generacional. El sistema educativo termina en una función de esclavizar intelectual y emotivamente a la infancia y juventud, porque: “En la sociedad capitalista la escuela es un instrumento de dominación de la burguesía” (Vasconi, 1971, p. 55) y deforma sistemáticamente a los estudiantes sometidos a una universal disciplina represiva y enajenadora, por el bombardeo de información trivial y frívola, con ímpetus de falsos éxitos por las redes sociales. “Uno de cada seis jóvenes experimentará un trastorno de ansiedad en algún momento de su vida, y las tasas de ansiedad y depresión en los jóvenes han aumentado un 70%. El estudio ha demostrado que cuatro de cada cinco jóvenes afirman que el uso de las redes sociales provoca que sus sentimientos de ansiedad empeoren” (Faros, 2021, p. 1).

Existen cuatro formas de educación recientes a partir de la pandemia: Veamos sus características y diferencias (Ibañez, 2020, p. 34):

Educación en línea:

Se define como aquella en donde los docentes y estudiantes participan e interactúan en un entorno digital, a través de recursos tecnológicos haciendo uso de las facilidades que proporciona el internet y las redes de computadoras de manera sincrónica, es decir, que estos deben de coincidir con sus horarios para la sesión.

Educación virtual:

Este modelo requiere recursos tecnológicos obligatorios, como una computadora o tableta, conexión a internet y el uso de una plataforma multimedia. Este método, a diferencia de la educación en línea, funciona de manera asincrónica, es decir, que los docentes no tienen que coincidir en horarios con los alumnos para las sesiones. Educación a distancia:

Educación a distancia:

A diferencia de la educación virtual, la educación a distancia puede tener un porcentaje de presencialidad y otro virtual, sin embargo, esto puede variar dependiendo de la institución en donde se imparta. Los alumnos tienen control sobre el tiempo, el espacio y el ritmo de su aprendizaje, porque no se requiere una conexión a internet o recursos computacionales, como en otros métodos.

Educación remota de emergencia:

Este concepto nació a raíz de la crisis mundial en marzo de este año gracias a la COVID-19. La educación se vio ante una situación de extrema dificultad ya que tuvo que adaptar sus métodos en un plazo de tiempo muy corto para poder seguir impartiendo clases a todos sus estudiantes. El objetivo principal de este tipo de educación es trasladar los cursos que se habían estado impartiendo presencialmente a un aula remota, virtual, a distancia o en línea.

En efecto, la emergencia real obligó ostensiblemente a las instituciones educativas de país, utilizaran WhatsApp y correo electrónico:

WhatsApp es la aplicación más utilizada en el día a día. Los servicios instantáneos de mensajería se han convertido en una herramienta imprescindible para la comunicación, ya sea para relacionarnos con amigos y familiares como a la hora de trabajar o de darles un uso profesional…Ya ni siquiera es necesario que la expresión escrita se haga a través de palabras. Usando los emojis de WhatsApp puedes dar a entender toda clase de opiniones y de información. Y tu interlocutor puede hacer lo mismo contigo. Existen emoticones que se relacionas y se representan con las emociones humanas y escoger el adecuado, el que desea expresar un sentimiento concreto, es tarea difícil. Esto no es educación en línea. Esto no es la vida humana, o la vida humana se emoticonizó en estériles imágenes efímeras, donde los verdaderos sentimientos humanos se vieron revertidos a una infinidad de gráficos virtuales carentes de sentido y calor humano. (Fernández, en Bussines Insider, 2019, p. 11)

El porcentaje de las instituciones que están trabajando en educación en línea es del 17%, en educación virtual el 41%, a distancia el 12% y en educación remota el 30%. "El mayor cambio que requiere el aprendizaje virtual es la flexibilidad y el reconocimiento de que la estructura controlada de una escuela no es replicable en línea", señala Villafuerte (2020, p. 14)

La educación de emergencia remota debe proponer políticas públicas en materia pedagógica a un Estado altamente indolente y plantear mecanismos para asumir la educación en línea en tiempos del mortal virus, a partir de una arqueología del pensamiento. Consiste en considerar que el Otro tiene sus propias maneras de apropiación epistemológica-tecnológica para prepararnos para una educación universalizadora, libertaria y humanizadora. Donde el estudiante sea copartícipe y coactor virtual. La educación en línea debe ser libre para transgredir los esquemas de opresión que genera la escuela tradicional. Considerar a la educación como un campo libre de conocer el mundo sin ninguna de las reglas que actualmente someten al estudiante a la desgracia del fracaso escolar. El rostro, la piel, el grito, la seña, el juego, los amigos, el insulto, la aventura, serán huidizos. Quedaremos avocados a un cerco inapropiado, a un campo de concentración para el desarrollo de actividades humanas.

Hoy, la educación se universalizó ostensiblemente y sin duda alguna los estudiantes llevan la delantera en materia tecnológica a sus profesores y padres. El acceso a esas plataformas tecnológicas que emplean los estudiantes es ilimitada y precaria debido a los niveles de pobreza extendida por todo el mundo, tal como afirma Jairo Núñez (2020):

la pobreza promedio en Colombia para 2020 aumentará desde el 26,9% hasta el 38%. La pobreza extrema también aumentará desde el 7,4% hasta 11,3%. “Antes de la crisis del coronavirus teníamos una pobreza del 26,9% de la población, pero la pandemia va a incrementar el indicador debido a su impacto en los ingresos y el empleo. Según los estándares internacionales, y teniendo en cuenta que la composición de los hogares promedio en Colombia es de 3,6 personas, un colombiano es pobre cuando tiene ingresos inferiores a los $272.000 mensuales. En términos de hogares, un hogar es pobre cuando hay más de tres personas en él y los ingresos mensuales de todos son inferiores a los $980.000 (p.3).

Ahora, aquel estudiante que pueda aprovechar más su tiempo y sus recursos tecnológicos dependerá del bolsillo de su padre en materia de conectividad y tecnología; aquel estudiante saldrá adelante si su núcleo familiar es altamente normal, afectuoso, unido y amoroso. El índice de familias disfuncionales, deterioradas, precarias, inestables es profundamente preocupante. Los índices de desarrollo de enfermedades mentales en los niños fueron colosales y en ese ambiente es imposible una educación en línea por "miedo a perderse algo". La expresión describe una nueva forma de ansiedad surgida con la popularización del móvil y las redes sociales, una necesidad compulsiva de estar conectados” (Faros, 2021, p. 3).

Método

La arqueología es una ciencia empírica que utiliza unos métodos físicos de excavación para desenterrar fósiles humanos y objetos y entender la vida pre-histórica de la sociedad humana. Mediante los métodos que utiliza su exploración empírica, sus hipótesis y sus conclusiones, se determina su cientificidad.

la escuela de la atención y de la memoria ha agotado su tiempo, y se precisa una escuela en la que entren la creatividad y la imaginación (Rodari, 1999 p.34).

Entendida la arqueología desde otro ángulo, podríamos decir que es aquella que mediante su intromisión en el proceso de excavamiento revierte sus sentidos a partir de lo escondido por el tiempo. Aquello que fue, que pasó, que está tras el telar de la historia en remotos tiempos incalculables, imposibles de verificarlos, sino por sus objetos persistentes al tiempo. Pero el sentido puntual y crucial que determina una arqueología del sentido es dragar lo subterráneo, vaciar la caverna, perforar el socavón, extraer el foso, zanjar el pozo, escarbar el hoyo. Realizar una arqueología del pensamiento, a partir de un sujeto pensante como autor de un texto. Este trabajo de encontrar sentido en el lenguaje corresponde al modelo cualitativo que, mediante un análisis documental permite construir una base de datos bibliográfica de estos sujetos pensantes. Los datos documentales se configuran como un cogito que piensa y se manifiesta en la vida concreta y real, para construir sentido.

Se quiere exponer una arqueología que se sitúa después del acto del pensar del autor. Son prácticas mentales que se elaboran como pre-existentes; anticipos de una cruda realidad que deviene del cavilar, del situarse antes del acontecimiento y en un después: un pensar de un hecho antes y después del hecho realizado o concretizado en el mundo físico del individuo, es decir de un destino.

El concepto de destino lo vamos a analizar desde la perspectiva filosófica. El destino es una energética que conduce a la vida humana por inesperados caminos que son imposibles de ser interpretados. Existe una fuerza interna en el ser humano que es aquella que denominamos lo volitivo. La voluntad es una toma de decisión libre y pensada. Es la potestad de dirigir el accionar y el pensar por cuenta propia. En este recorrido tenemos la posibilidad de escarbar un pensamiento: el destino de ese pensar y una voluntad de pensamiento propio.

En esta atmósfera de orden teórico nos situamos convencidos de encontrar una lógica interna que subyace en el fondo de cada ser del estudiante. Este individuo que está inmerso en la lógica escolar, en la estructura educativa edificada a partir de normas y reglas que son ejecutadas por los cuerpos élites panópticos de la comunidad educativa: padres, administrativos y profesores, que representan el poder y la autoridad de maniobra, de acto y de saber.

A través de la educación en línea, un primer accionar, método, compromiso o responsabilidad, será el de inculcar una voluntad férrea en el alma del estudiante, para contrarrestar el destino que emerge por la tecnología en los espíritus débiles. Un ser sin carácter y sin personalidad sometido al bombardeo inclemente de la intoxicación de información, termina construyendo un alma frágil y asegura que la información desde la nube que le llega a su dispositivo es verdadera, sin detenerse a elaborar un filtro mental, que le permite distinguir con claridad lo falso de lo verdadero. La escuela queda impotente frente a este indudable flagelo social. El fenómeno mundial de la pandemia generó nuevos hábitos y conductas al borde de la escuela, por ello preguntarse: ¿Para qué sirve la escuela? Es uno de los interrogantes más profundos que permite escarbar esa realidad oculta que subyace bajo la existencia real de la misma:

La contradicción de ese mundo se está haciendo evidente. El mejor ejemplo de ellas lo da la escuela, y la mejor manera de corregirlas es liberando a la educación de la escuela, de manera que la gente pueda aprender la verdad acerca de la sociedad en la que vive (Bauman, 2000, p. 101)

Para perforar el socavón bibliográfico del tema que nos ocupa, es importante entender cómo para Bauman (2000): “La cultura de la sociedad de consumo no es de aprendizaje sino principalmente de olvido” (p.109) nos lleva a considerar a la escuela como institución inútil y ese es su destino, que ocupa a la escuela, su naturaleza y función. Con la pandemia a nivel mundial la escuela se desconfiguró. Hay una urgente necesidad de replantear su función y naturaleza después del flagelo del virus. Se propone una escuela abierta al mundo, intercomunicada universalmente, que sea centro de la realización humana, porque si la escuela sigue siendo local, como dice Bauman (2000), “ser local en un mundo globalizado es una señal de penuria y degradación social” (p. 9).

Esta apertura al mundo de la escuela solo es posible si la mente del estudiante se abre igualmente bajo el esquema kantiano de pensar por cuenta propia. La virtualidad ha llegado tan hondo que se considera que la emocionalidad humana natural ha desaparecido y ha generado nuevas violencias en los actos escolares.

Los estudiantes en el habita escolar al aire libre ejercen un poder violento. Sus imaginarios crean fuerzas de competencia, porque confinados en sus casas practican un poder mediante la virtualidad frente a sus compañeros: “…el ciberacoso puede tener un efecto más intenso que el acoso en el patio escolar” (Wakefield, 2018, p. 1).

Por ello se necesita transformar la escuela en un sitio universalmente abierto, con utilización de la tecnología, bajo criterios éticos de construcción humana, con el logro de una pensamiento propio y crítico frente a la catastrófica información mundial que generalmente es insulsa, peligrosa y violenta. La mente de los estudiantes está desprotegida y sumergida en un océano inconmensurable de grandes falsedades y engaño, por ello hay necesidad de crear situaciones humanas que partan del acto de pensar por cuenta propia, de lo contrario, el tiempo que se avecina con una colosal carga de información trivial, banal, insignificante, insustancial y frívola, la mente del estudiante se consumirá en una ensalada indigesta, camino a la ignorancia y la estupidez.

RESULTADOS

Mi abuela quiso que yo tuviera una educación; por eso no me mandó a la escuela (Mead, 1970, p.45)

La educación remota o virtual fracasó en tiempos de pandemia y generó una cantidad de males como lo manifiesta Jenny Montoya (2020):

No cabe duda que la psicología y aún más la psicología educativa cobra un papel importante en la escuela, y en tiempos de pandemia se hace imprescindible; pues el encierro por el confinamiento preventivo a causa del Covid-19 ha causado un alto precio en la salud mental y en la salud física para los niños, las niñas y los adolescentes de Colombia, el alto nivel de estrés, ansiedad, violencia física y sexual, depresión, y la prolongada exposición a pantallas ha generado importantes problemáticas sociales y familiares (p. 265)

La educación en las nuevas escuelas de postpandemia serán crecidamente positivas si proponemos una voluntad por encima del destino, un conocimiento claro de la naturaleza del ser, una utilización racional y beneficiosa de los recursos y herramientas tecnológicas, un permanente intercambio de conocimientos porque la educación se universalizó. Una constante lucha en contra de la frivolidad del sistema tecnológico y una diversificación flexible del uso de la libertad, en relación con el otro. Foucault (2004) dice:

…para conducirse bien, para practicar la libertad como era debido, era necesario ocuparse de sí, cuidar de sí, a la vez para conocerse – y éste es el aspecto más conocido del gnothi seauton[1] – y para formarse, para superarse a sí mismo, para controlar los apetitos que podrían dominarnos (p. 34) [1] Famosa frase del profesor Sócrates: “Conócete a ti mismo”.

Los Estados deben permitir la entrada a ideas y sentimientos de un pueblo, como el constituyente primario que está en el frente de la batalla, el que sufre, el que trabaja, el que sabe realmente las necesidades prioritarias. Los niños deben hablar, comunicarse y decidir su propio destino, con una enérgica voluntad inteligente por cuenta propia. Pero antes deben tener consciencia clara del conocimiento de sí. Foucault (2004) dice:

uno no puede cuidar de sí sin conocer. El cuidado de sí es el conocimiento de sí – en un sentido socrático-platónico –, pero es también el conocimiento de un cierto número de reglas de conducta o de principios que son a la vez verdades y prescripciones. El cuidado de sí supone hacer acopio de estas verdades: y es así como se ven ligadas la ética y el juego de la verdad (p. 35)

Frente a este desarrollo Zuleta (1985) afirma:

Mientras el alumno y el profesor estén convencidos de que hay uno que sabe y otro que no sabe, y que el que sabe va a informar e ilustrar al que no sabe, sin que el otro, el alumno, tenga un espacio para su propio juego, su propio pensamiento y sus propias inquietudes, la educación es un asunto perdido (p. 23).

Es aquí en el centro de la confrontación entre sujeto y sujeto, donde se despliega el arte amatorio del verbo, de la palabra con sentido de vida, donde los niños se dan cuenta que están viviendo en el “endo” (Gerundio que implica durativo). Se existe en la vida y se está viviendo en el estar. La existencia sólo es un concepto para determinar los estados de vida, que sólo es uno: el viviendo. El instante presente de la vida es el “endo” se está viviendo, que dura. Las dos connotaciones del pasado y el futuro no existen. El pasado sólo existe en el recuerdo de la mente y el futuro en la imaginación de la mente.

Se define vida a lo que tiene calor y movimiento, pero más allá de este estado verificable, es el estar aquí y ahora, es decir, viviendo. Si afirmo que soy lo que soy, lo digo porque hay reciprocidad, unicidad entre cuerpo y alma, me configuro como un todo con una determinada identidad que la construyo con el otro, porque: “Sólo el hombre que realiza en toda su vida y con su ser entero las relaciones que le son posibles puede ayudarnos de verdad con el conocimiento del hombre” (Buber, 1997, p. 141)

El hombre que es cuerpo-alma, sólo tiene sentido en el ejercicio de la vida que es tiempo-espacio, la duración, el hábitat y el movimiento: el “endo” Tiene vida y cuando reflexiona, escarba, la somete a un riguroso examen, entonces vive. Y si vive, entonces sufre. Sólo para el hombre se puede decir: sufro luego vivo. Martin Buber (1997) dice lo siguiente:

Únicamente cuando el individuo reconozca al otro en toda su alteridad como se reconoce a sí mismo, como hombre, y marche desde éste reconocimiento a penetrar en el otro, habrá quebrantado su soledad en un encuentro riguroso y transformador (p. 145).

Toda existencia que llega a la vida se humaniza, de lo contrario solo se queda estacionada en la primera fase que es la existencia y que le corresponde al mundo sensible, al mundo de las cosas. Por ello no se puede afirmar que una cosa viva, simplemente existe como el cenicero que está en la mesa, él existe, pero no vive, sencillamente porque no se piensa a sí mismo. Todo aquello que se piensa a sí mismo y al otro, pasa de la existencia a la vida: al endo, viviendo. Pero el vivir auténtico es tener sentido inmerso de la muerte, de que va a morir. Los animales no saben que van a morir. El sujeto cognoscente. en la nube debe interpretarse a sí mismo y terminar por entender que su estancia en este mundo tiene un fin irremediable. Al otro lado de la pantalla está un ser “viviendo” que tiene el potencial de decidir; se le debe inculcar la fuerza de decidir a partir del conocimiento y cuidado de sí: en alteridad. Esta es la responsabilidad de padres y maestros en tiempos de postpandemia y de la nueva idea de escuela, hacia la Nueva Ilustración.

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Zuleta (1985) manifiesta en su texto, como legado para el pensamiento educativo colombiano lo siguiente:

Además del problema de enseñar resultados, sin enseñar los procesos del conocimiento, existe un problema esencial: en la escuela se enseña sin filosofía y ese es el mayor desastre de la educación. Se enseña geografía sin filosofía, biología sin filosofía, historia sin filosofía, filosofía sin filosofía (p. 25).

La filosofía entendida de la manera más simple y precisa es el enamoramiento del saber en la totalidad de lo real. También es el estudio profundo de los principios generales que mueven este mundo y la vida del hombre. Además, es preguntarse por las cosas generales y se fundamenta en el acto de interrogarse sin importar su respuesta. La filosofía es la base fecunda de todo acto de educar, de socialización de los individuos a lo largo de toda la vida del hombre. Pero sobre todo nos ayuda a distinguir lo bueno de lo malo que es la fuente del saber según Platón. El hombre debe ser bueno y virtuoso a diferencia del malo y perverso. Esta es la fórmula para que las niñas y niños en la escuela comiencen a identificar este legado filosófico con seriedad. Si la filosofía es el cuidado del alma y es la base fecunda de todo acto de educar, de socialización de los individuos, entonces la educación se convierte en el acto de crecimiento del alma humana, en el ascenso de la templanza a la fortaleza y de ésta a la sabiduría. O al mantenimiento permanente de su estado que le correspondió con prácticas y actitudes nobles. De esta manera la educación se convierte en el cuidado de sí mismo. Foucault (2004) afirma:

Siempre he pretendido saber cómo el sujeto humano entraba en los juegos de verdad, y ello tanto si se trataba de juegos de verdad que adoptan la forma de una ciencia, o que adoptan un modelo científico, como si se trataba de aquellos otros que se pueden encontrar en instituciones o en prácticas de control. El problema de las relaciones existentes entre el sujeto y los juegos de verdad yo lo había enfocado hasta entonces bien a partir de prácticas coercitivas – tales como la psiquiatría y el sistema penitenciario –, bien bajo la forma de juegos teóricos o científicos – tales como el análisis de las riquezas, del lenguaje o del ser viviente –. Ahora bien, en mis cursos en el Colegio de Francia he intentado captar este problema a través de lo que podría denominarse una práctica de sí mismo que es, a mi juicio, un fenómeno bastante importante en nuestras sociedades desde la época greco-romana – pese a que no haya sido estudiado –. Estas prácticas de sí mismo han tenido en la civilización griega y romana una importancia, y sobre todo una autonomía, mucho mayor de lo que tuvieron posteriormente cuando se vieron asumidas, en parte, por instituciones religiosas, pedagógicas, de tipo médico y psiquiátrico (p. 34).

La educación en pandemia dejó ver las contradicciones de este mundo que se está haciendo evidente. La escuela no existe, se trata de una efectiva liberación de la educación, para que los jóvenes puedan conocer la verdad, conocer la sociedad en la cual se desarrollan como seres humanos, distinguir sociedad en la que viven, desde su hábitat, como espacio abierto, sin límites, como manifiesta Vela (2011):

Los conceptos de “espacio” y de “lugar” son dos escenarios importantes para la construcción de los imaginarios de los estudiantes, frente a lo propuesto: hábitat, escuela y sujeto, que se encuentran insertos en la ciudad como territorio en construcción mental. El espacio físico se configura en una triada radical, la relación entre el hombre, el mundo y el Otro. El espacio se convierte en un “lugar” cuando se adquiere sentido de pertenencia creando vínculos de afectividad. El “lugar “es un espacio físico dotado de afectividad y que contiene significaciones de orden existencial. Esto es lo que conforma el Territorio (p. 26).

Pero la casa puede convertirse en la caverna platónica donde se ofusca la vista para no ver nada frente de sí y equivocarse. La casa, ahora es el hábitat donde se mueve el sujeto cognoscente para supuestamente aprender, al lado de sus padres, que desde ahora van a ser sus mayores tutores o sus peores enemigos obstaculizantes de cualquier avance pedagógico del sujeto. La educación en pandemia oscureció por completo la posibilidad de ejercer las prácticas de sí mismo.

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Después de los griegos hasta hoy, la pedagogía ha sufrido negativos cambios profundos hasta convertirse en un desierto abrupto y sin sentido. Hoy no es como en la vieja Grecia, la Paideia: donde el estudio de las diferentes ciencias en ese entonces, posibilitaban al joven un cuidado de sí mismo. La educación ha fracasado, o es por lo menos un cuento inmenso irrealizable por la brecha entre la realidad de la vida y el sentido actual de la pedagogía: su inaplicabilidad: “Una pequeña dosis de escolarización puede inducir a una gran cantidad de insatisfacción. Cuantos años más se ha pasado en la escuela, mayor es el daño que sufre la persona al abandonarla” (Reimer, 1973, p.24)

La pedagogía es un “nous touche” (nos toca), (tocar) a alguien. La fuerza de la filosofía radica en el Desentrañamiento. Después de “touche” el sujeto extrae, arranca, arrebata, captura, elige. Tocar es lo más material posible que existe. El tocamiento es la prueba de la existencia real, tocar la piel y esta como la frontera entre lo sensible y lo inteligible, entre el mundo de las cosas y el mundo intelectivo, mediados por el lenguaje. La pedagogía es un dar (donner, Rencontrer) El entendimiento que la pedagogía es un acto de ofrecer y no un acto de imposición evaluativo. El ofrecimiento a alguien, al “Otro”, un dar a conocer, un dar a leer, un dar a pensar, un dar a narrar, un dar a ver, un dar a ser, es la finalidad real de la pedagogía, que terminen por pensar por cuenta propia. Todos los maestros “dan”, pero ¿qué dan? ¿Eso que dan, pertenece a la realidad y sirve para la formación humana? ¿La pedagogía permite que aquello que son, dejen de serlo, para la posibilidad de ser otros? La pedagogía es la transformación de aquello que somos, lo que ya somos, lo que ya estamos siendo, para ser otros. Pero ahora en tiempos virtuales, ese “dar” al otro se hace a través de la red. Es aquí, entonces, que la nueva escuela debe afrontar esta encrucijada y crear los medios eficaces para que el estudiante en su inmensa libertad se entienda a sí mismo y al otro.

La escuela debe permitir a sus individuos ser otros, menos conformes, menos humildes. El mejor de los currículos debe ser aquel que plante las diferencias culturales con base en la tolerancia. El maestro debe llegar a un punto de concientización plena, cuando acepte al otro tal como es, en igualdad de condiciones para tocar su alma y mente (touche); dar (donner) civilidad; en el camino (démarche) para su transformación: dejar de ser lo que es. De lo contrario, porque el otro está siempre en condiciones paupérrimas, no puede el profesor “padecer”, “soportar” lo que es, no puede resignarse a lo que se aparece. Entonces esta generación de jóvenes no tendrá la oportunidad de ser otros, sino que seguirán siendo lo que son, los mismos; otros piensan por ellos. Es aquí donde se pronuncia el vacío pedagógico, su fin y su propósito. La verdadera pedagogía es emancipadora y libertaria, semejante al modelo de “Paideia” griega, donde el pedagogo renuncia y anula su “yo” para confundirse con el Otro, en la aceptación, para ser emanación del Otro. La única identidad que es afirmada es la del otro. Esto es tolerancia pura en contra de la violencia. La pedagogía es una lucha por la paz y la vida a partir de la razón pura.

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El problema fundamental del hombre es precisamente el hombre. Su ser, su corporeidad, su naturaleza, en relación directa con un mundo de igual manera natural, en el cual vive y está condenado a morir irremediablemente, se desconoce. Entonces aquí tenemos dos cosas: hombre y mundo. Y esto nadie lo puede negar. Pero lo más importante es preguntarnos por la relación que hay entre ellos. El hombre está en el mundo, por no decir “su” mundo, arrojado, tirado, vomitado o lanzado.

En este mundo existen cosas y estas cosas son de dos tipos específicos: las cosas naturales, como un río, una piedra; y las cosas artificiales, como un avión, una casa, un bolígrafo. Las primeras pertenecen al mundo natural y las segundas pertenecen al mundo del hombre porque él las hizo y por lo tanto son artificiales. ¿Pero quién existió primero? Indudablemente que el mundo. El hombre vino después y su misión inicial fue transformarlo y luego entenderse a sí mismo. El hombre llegó por evolución gradual a lo largo de millones de años, que es un hecho indiscutible por la cantidad de pruebas arqueológicas y antropológicas recientes.

Luego el hombre interpretó al mundo para construir sentido, sin el sentido el hombre seguiría siendo un animal o cosa arrojado al planeta. En esta actividad constituye su segunda misión: la interpretación del mundo y de sí mismo, de todo lo que hace en él, que se llama cultura. Por ello el hombre es un hacedor, pero aún no ha logrado interpretarse completamente a sí mismo. Lo que hace el hombre en el mundo lo hace de manera inteligente y da fundamento para nuevas interpretaciones porque es infinito, impredecible y nunca logrará finalmente interpretarse, en eso consiste su desgracia.

Y la gloria radica en las aproximaciones de posibles interpretaciones del hombre en el tiempo, que nacen y mueren constantemente. Interpretarse a cabalidad y en su totalidad acabada es la destrucción final del hombre. De igual manera el mundo; el hombre no termina por entender la naturaleza o la materialidad. Por eso es un ser constante e infinito de producción de sentidos que se adaptan a un tiempo determinado, que satisfacen en un momento tal, para luego decaer y construir otras teorías, otras formas teóricas y prácticas de verse a sí mismo. Su infinitud es su más gloriosa naturaleza finita.

¿Pero qué es el hombre? Es un ser que se está haciendo y no termina de hacerse, porque muere en su hacerse. Nadie se hace antes de morir. Siempre muere antes de hacerse. Su desgracia es no hacerse antes de morir. La muerte supera el hacerse del hombre. Nada puede contra ello. Es un ser incompleto, jamás se realiza, jamás llega al todo, muere siendo nada porque no pudo hacerse o no terminó de hacerse. Muere incompleto, falto, inconcluso. La vida del hombre en el mundo es un des-hacerse, no es un proyecto. El sujeto cognoscente en pandemia y en educación remota de emergencia debe ser alistado en las filas de su desgracia, como lo dice Maffesoli (2001):

Por paradójico que pueda parecer, la acentuación del presente no es más que otra manera de expresar la aceptación de la muerte. Vivir en el presente es vivir su muerte de todos los días, es afrontarla, es asumirla. Los términos intensidad, trágico, no dicen otra cosa: sólo vale lo que sabemos que va a cesar (p. 61).

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Miremos las cuatro preguntas kantianas en esta discusión sobre el hombre, para reflexionar la desgracia que nos tocó vivir.

Las cuatro preguntas del profesor Kant conducen a una búsqueda del sentido y la esencia del hombre. A partir del siglo XVIII había necesariamente que formularse este interrogante por el vasto vacío de la incomprensión del hombre en las diferentes épocas históricas que respondían teóricamente por esa esencia variable, incontenible y confusa. Una innecesaria retrospección en la historia sobre los diversos planteamientos de la esencia del hombre es injustificada y banal. No obstante, la esencia en lo pretérito, sobre todo en el clima religioso, se hace aún más injustificada, absurda y superflua. De las cuatro formulaciones kantianas, la tercera requiere de un análisis más puntual para dejar despejado el itinerario del pensamiento de Kant, que se interroga: ¿Qué puedo entender? ¿Qué puedo lograr? ¿Qué puedo suspirar? ¿Qué es el hombre? “A la primera responde la Metafísica, a la segunda responde la Moral, a la tercera responde la Religión y a la cuarta la Antropología. El trayecto de las tres anteriores formulaciones va a respirar a la cuarta formulación”. (Buber, 1968, p.21)

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¿Qué puedo saber? (Metafísica) Una gran pequeña cosa en la monumental diversidad de las especializaciones. La diversificación del conocimiento hizo más ignorante al hombre. Cada vez es más acentuado el conocimiento hacia imperceptibles objetos de estudio y por más capacidad infinita que posee el cerebro de conocer, desconocemos la gran inmensidad de las especializaciones científicas, que resalta la colosal inopia de apropiarnos de un conocimiento satisfactorio del mundo de las cosas.

Poder conocer es un límite, una demarcación que constriñe y aplasta a la sabiduría por el deseo de conocer. El deseo se disminuye a prodigiosos estados de resignación intelectiva y quedamos circunscritos a un microscópico espacio de saber. No sabemos nada, las verdades que tenemos y disfrutamos de ellas ahora, pueden ser mentiras en un inmediato futuro terrenal. Este poder en el saber es una ineptitud y debilidad. Se duda y se sospecha en el poder conocer. Entonces sabemos algo del todo. No hay omnisciencia.

No podemos saberlo todo, tan sólo una parte mínima para poder vivir la vida en el endo,y esto implica sufrimiento. El hombre busca la verdad, es un indagador y no posee nunca la verdad. El hombre es un buscador que se des-hace.

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¿Qué puedo hacer? (Moral) El intento de hacer lo correcto en su vida a partir de la búsqueda permanente, para convivir con el sufrimiento de su micro mundo enajenado. Además, cumplir con las elementales normas morales y transgredirlas. Todo lo que hace el hombre en el mundo es para su bien inmediato, pero tiene un costo, un valor agregado. Ese bien construido por el hombre se convierte en un gran mal para toda la humanidad. Los hombres en el mundo somos desiguales, hay una lucha intestina de todos contra todos. La característica fundamental del hombre en el mundo es su conservación y su supervivencia, entonces hace todo lo que sea posible para sobrevivir en este terrible mundo desemejante. Aquí no cabe ninguna religión usurpadora para conducir al hombre. El hombre está completamente solo en el cosmos y se defiende con su ínfima capacidad intelectiva. El hombre ama y odia, trabaja para comprar cosas y éstas lo determinan. El hombre no puede hacer todo, está limitado, hay un poder que lo aplasta y se encuentra restringido donde demuestra su clara debilidad y raquitismo. El hombre no puede hacer nada moralmente bueno, está condicionado a sobrevivir por encima de todos los demás y a esperar.

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¿Qué puedo esperar? (Religión) El hombre es un ser espiritual, cree en algo divino. Es un religarecon un ser sobrenatural. El ser humano es materia y espíritu, se consolida como una unidad indisoluble y cesan naturalmente cuando muere. No hay más allá. El hombre finito sólo existe en un fragmento delimitado en el infinito tiempo por su nacimiento y su muerte. No espera nada, porque todo lo que realice en su vida terráquea, es borrado de tajo con la muerte. El hombre está condenado a vivir un instante y a dejar de vivir inmortalmente. El hombre es un eterno olvido, esa es su innegable autenticidad: su destino.

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¿Qué es el hombre? (Antropología) Un buscador que se está Des-Haciendo.

DISCUSIÓN

“No se puede primero ganar una sociedad justa y luego disfrutarla. Hay que ganarla mediante la renovación cotidiana, y por lo tanto disfrutarla a medida que se la merece (Reimer, 1973, p.12).

La ruta sideral ahora es la virtualidad, pero no por ello, el niño se alejará de sus posibilidades libres y autónomas. La virtualidad simplemente es un canal, en el cual el maestro debe implementar un material que utiliza una infinidad de herramientas tecnológicas, para que el niño conserve y eleve sus niveles de libertad. El profesor en la virtualidad debe conocer la naturaleza filosófica del ser que está al otro lado, frente a un micrófono inalámbrico o pantalla o celular.

En el futuro inmediato, o en tiempos de postpandemia, cuando la realidad natural y la cotidianidad vuelvan a florecer y la vida del mundo de los humanos se “normalice”, estudiantes y profesores volverán a sus aulas y es ahí, donde al mirarse al rostro y escuchar la voz del Otro, el derrumbamiento epistémico será fatal, porque no se va a poder continuar con la vieja tradición de llenar cerebros vacíos. El estudiante ahora tiene el destino de pensar por cuenta propia. Nace una exigencia insalvable, considerar que es hora de proponer nuevos atajos en materia educativa nacional, y quienes deben fortalecer este impulso e iniciativa, serán aquellos que estén libres del pecado del autoritarismo, del analfabetismo funcional y del sórdido mutismo de cavilar en vano: será la nueva ilustración.

El confinamiento generó un espacio propicio para encontrarse con uno mismo, por un lado, pero, por otro lado, generó actitudes enfermizas altamente nocivas. Las estadísticas muestran con claridad que la violencia intrafamiliar aumentó ostensiblemente, que los estados mentales anímicos de los niños se dispararon con consecuencias patológicas, que la supervivencia por la vida alimentaria se vio horriblemente afectada. Anutrir (2020) indica:

El confinamiento por la amenaza del Covid 19, está ocasionando una problemática muy difícil de controlar, pues personas que viven situaciones de violencia de género y maltrato infantil, deben estar encerrados con sus agresores. ¿Nos hemos preguntado cuantas víctimas deben estar sufriendo en silencio?, ¿Cuantos golpes, maltrato verbal, emocional o victimas sexuales van a quedar después del encierro? Y es que la situación se nos está convirtiendo en una doble pandemia (p.4).

El desborde de los juegos de verdad nos lleva a una intuición de preguntarnos radicalmente por una perfección en las realidades sociales de una inmensa comunidad identitaria. Todo Estado oferta mentiras y engaños mediante la cifra. La sociedad consume esos datos, pero la experiencia con la realidad se muestra distinta y casi contraria. En este ethos social que proviene del Estado, la población vive cegada en un mar de contradicciones. En el caso de la educación, se revela que hay más niños fuera del sistema educativo, que contenidos en él. “En 2019 la pobreza monetaria fue del 35.7% y la pobreza monetaria extrema fue del 9.6% en el total nacional” (DANE, 2020, p.11).

Pero otras fuentes revelan índices mucho más elevados, como el caso del investigador de Fedesarrollo Jairo Núñez (2020) para quien el índice de pobreza en Colombia puede llegar a un 38%. No obstante, la intuición de preguntarnos por una perfección de las realidades sociales y bajo la Razón Próvida, me atrevo a considerar que la pobreza en Colombia supera el 60%. Y es contradictorio esta situación, porque el dato de desigualdad entre ricos y pobres está en el 85%.

En este árido panorama propongo tres pedagogos que iluminan la nueva ruta a seguir para la discusión que nos ocupa.

El filósofo noruego, Jostein Gaarder se inició escribiendo cuentos infantiles entre los más representativos está, El castillo de las ranas (1998). Su gran éxito, sin embargo, le vino con El mundo de Sofía (1991), una breve y sencilla historia de la filosofía que supuso un fenómeno de superventas en toda Europa, con traducciones a más de 40 idiomas. ¿Cuál fue el origen de El mundo de Sofía? Cansado de “dictar” clases de filosofía frías y al percatarse del enorme aburrimiento y la nulidad de comprensión de sus estudiantes, crea una narración amena con la historia de la filosofía. Definitivamente el niño aprende aquello que ama o lo hace gozar.

Gianni Rodari (Omegna,1920-1980) Maestro, periodista y divulgador de la nueva pedagogía en Italia, comenzó a escribir para niños en 1950 cuando el director de un periódico le encargó la elaboración de un suplemento dominical, y desde ahí será siempre el mayor pedagogo, maestro y amigo de una educación admirable, basada en la recreación mental del imperio de lo imaginario.

El representante más relevante de todos los tiempos fue Alexander Sutherland Niell (Forfar, 1883 - Aldeburgh, 1973) Pedagogo británico, fundador de la escuela Summerhill. La educación debe ser libre, sin opresión, ni reglas panópticas aglutinantes que ahogan la creatividad y la imaginación de las mentes jóvenes.

El hombre es un ser que está en el mundo de la materialidad. El hombre es una materialidad, está compuesto de materia que crece, se desarrolla, se degrada y muere. Nada puede contra ello. No hay inmortalidad, salvo en el mundo de lo simbólico. No hay nada que se considere como el “más allá” eso es puro folclor, literatura, cuento, leyenda o en términos más sofisticados: metafísica.

¿Qué puede conocer (Metafísica) un sujeto cognoscente como cibernauta en la nube, en el internet, en la información virtual por su propia cuenta? Una inmensa cantidad intoxicante de información falsa y frívola que lo lleva a un mundo ilusorio de fantasía perversa. Esta cantidad banal de información lo desidentifica, lo deshumaniza, lo animaliza y lo instrumentaliza. Conoce de todo, pero no conoce nada, se convierte en un insustancial ente enajenado y maleable por una inmoral conducta cibernética. Es aquí donde se debe trabajar para que los sujetos cognoscentes en las escuelas se apropien de su propio ser y piensen por cuenta propia.

¿Qué puede hacer (Moral) un sujeto cognoscente en su hábitat reducido, asistido desde la nube por información insustancial y trivial que le llega vía virtual? No hace más que repetir una conducta extraña que no edifica, no construye, no permite ningún desarrollo humano al interior del ser. Hace lo que le dicen y no pone en duda ningún dogma. El trabajo de la nueva escuela en postpandemia es desintoxicar las mentes de los jóvenes para que se apropien de una tecnología racional y aprovechable, a partir de su propio ejercicio racional.

¿Qué puede esperar (Religión) un sujeto cognoscente en medio de un obligatorio confinamiento generalizado, soportando su cuerpo-alma en el vacío? Es arreligioso, su religión es su móvil. No cree en lo que sus padres creen, no cree en lo que la sociedad cree. Son auténticos fanáticos de la moda y de religiones siderales, exóticas y tóxicas. La religión es buena en la medida que tiene un cuerpo de doctrina moral que regula los actos humanos en la vida social. Hasta ahí. La religión es una literatura creada por el hombre. El joven sabe perfectamente que hay una realidad real que es el internet, que ahí está todo, que es el lugar que lo sabe todo, por ello lo convierte en un dios y con eso le basta. No necesita pensar por cuenta propia.

A partir de Kant, debemos entender nosotros como maestros que la salida a esta brutalidad informática es la posibilidad de pensar por cuenta propia, enseñarle al estudiante, en el aula o por medios virtuales, que debe hacer uso de su propia razón. Kant despliega una serie de consignas, a mi modo de ver, auténticas para este tiempo de educación virtual y de pandemia.

Para la educación en postpandemia es necesario instaurar con urgencia una nueva ilustraciónque permita que niñas, niños y adolescentes se atrevan a saber por cuenta propia, a tener el valor de usar el entendimiento sin estar sometidos a ninguna autoridad de padres, profesores, internet, etc., es decir, hace pública el uso de la razón, que lleve a la liberación intelectual del estudiante. La escuela debe formar escolares librepensadores.Esta nueva ilustración consiste en sacar a los alumnos de la “minoría de edad”, que es aquella en la cual no se atreven nuestros educandos a pensar por iniciativa personal. Se ven abocados a la pura idolatría del dios Internet.

Kant lo dijo: ¡Sapere aude! Atrévete a pensar por cuenta propia. El estudiante es culpable de su incapacidad de pensar por cuenta propia.

Kant (2004) entiende igualmente que la filosofía es una constante invitación a:

Pensar por sí mismo[...] [y] buscar en el foro interno de la propia razón el criterio supremo para toda verdad. [...] Servirse de la propia razón no significa sino preguntarse a sí mismo sobre lo que debe admitir, si es factible convertir en principio universal de la razón aquel fundamento por el cual se asume alguna cosa o también la regla resultante de aquello que se admite. Esta prueba puede aplicarla cualquiera consigo mismo, y con dicho examen se verá desaparecer al momento la superstición y el fanatismo... (p. 87)..

Esta búsqueda de la verdad (recherché de la verité) por cuenta propia se convierte en un “destino” para la humanidad. El proverbio griego "Conócete a ti mismo" es el espíritu del gran “destino humano”, es el cuidado de nuestra alma, es el gran futuro de la humanidad.

CONCLUSIÓN

A través del tiempo, la educación de niñas y niños ha presentado permanentes cambios con la intención de mejorar su función primordial y natural. Se puede afirmar que han sido cientos de regateos y mudanzas, incluso plagiar los intentos de programas de otros países del mundo. Es indudable que existen ensayos y tentativas más coherentes y con mejores resultados en países desarrollados. Con la llegada de la tecnología virtual y las telecomunicaciones a nivel global la escuela se transformó en otra posibilidad. Nacieron los cibernautas siderales y se creó un mundo artificial, de realidad frágil, de márquetin, de oferta y demanda y por supuesto de consumo efímero y trivial. La inmensa cantidad de basura cibernética hostigó la conciencia humana y permitió la desidentificación y la deshumanización.

La escuela fue el escenario propicio para que el estudiante apoderado de la tecnología sobrepasara a las intenciones de los maestros rezagados en las tecnologías de punta. Además, los estudiantes generaron una nueva conciencia carente de racionalidad por considerar que todo lo que está en el internet corresponde a la verdad. Al estudiante no se le enseñó a utilizar su sentido común lógico para discernir lo bueno de lo malo. Llegada la pandemia, el problema se agudizó aún más.

Por ello en este artículo de investigación reflexiva, queremos instaurar una gran conclusión:

¿Qué es la Nueva Ilustración? Es la liberación del estudiante de su culpable incapacidad de reflexionar sobre los mensajes que transitan a nivel mundial por todo tipo de redes. Esta incapacidad consiste en aceptar que todo lo que circula en internet es verdadero sin detenerse a pensar por su propia iniciativa, en la cual la escuela no se ha encargado aún de enseñar lo maléfico y dañino que puede ser esta inocente aceptación.

Es la idea de que el conocimiento humano es capaz de combatir la superstición, la ignorancia y la tiranía y así crear un mundo diferente, con base en la razón frente a la sinrazón de lo cibernético. Es la defensa de la idea de que la razón debe reemplazar toda creencia populista, sofisticada y de consumo.

Aventurarse abiertamente por la razón humana y el progreso como las vías para construir una sociedad más justa y más feliz. Significaba valorar los saberes humanos y divulgarlos a la sociedad entera, así como el combate contra la falsa información, lo efímero y lo perjudicial que ofrece el internet.

Tener una mirada antropocéntrica del mundo (o sea, centrada en el ser humano, sus capacidades y necesidades), lo cual desemboca en una actitud pragmática ante la vida: sólo lo útil y bueno es digno de esfuerzo. Asumir la vida de manera hipercrítica, lo cual conduce a una posición verdadera, es decir: los estudiantes deben asumir que la realidad virtual no es lo que realmente aparenta de manera crítica y escéptica, por lo que es propenso a re-pensarla con base en la razón y por vía de la propia iniciativa humana de pensar por cuenta propia, en lugar de ser reverentes, respetuosos, creyentes anónimos y consumidores. Sostener una postura optimista frente a la vida real y material (en franco contraste con la vida virtual culposa y dañina), que partía de asumir al ser humano como una criatura naturalmente creyente, aunque posteriormente corrompida por el internet.

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